Mentiroso compulsivo – Raúl Rojas

Leer a Fabio Morábito es como escuchar a un mentiroso compulsivo. Un mentiroso compulsivo que amas, porque tienes que escucharlo, aunque sabes que la siguiente frase es mentira o verdad o una mera especulación que te dice para convencerte de algo que tal vez no sea cierto.

Un amigo me habló de un buen cuento del que no pudo citarme ni el título ni el autor, pero no perdió la esencia del relato: Una persona que camina por la playa encuentra las huellas de tres personas que decide seguir. A medida que avanza y reconoce más y más detalles, se esclarece en su mente la verdad de esas huellas sobre la arena. El final me emocionó. No lo busqué porque supuse que sería difícil encontrar un cuento solo con esbozos de la anécdota principal. También pensé que si intentaba buscarlo podría encontrarme con otra cosa interesante para leer y al final desistiría de encontrar aquel cuento de autor desconocido que tanto me había cautivado. Quizás aquel amigo ni siquiera me había contado un cuento sino un cortometraje, un chiste u otra cosa, solo para salir de la presión en la que lo metí en aquella cena al recomendarle varios cuentos que le parecieron fabulosos. Quizás pensó que si no me decía el título y el autor del supuesto cuento, yo nunca lo buscaría para darme cuenta, entonces, que era un cortometraje y él un sinvergüenza mal lector. Si me había mentido en eso, tal vez me había mentido en todo lo demás que me contó y no había ido de vacaciones a Cancún ni se había tirado en paracaídas. Quizá ni siquiera quería estar ahí cenando conmigo y solo había ido al compromiso por la oportunidad de empleo del que le había hablado. Con razón había aceptado a la primera cuando dije que yo pagaría porque él no quería cambiar de trabajo sino conseguir uno.

Dos semanas después, en una librería de viejo, encontré un libro de Tusquets que en la contraportada tenía la sinopsis de un cuento. La anécdota era idéntica a la que me había contado aquel amigo. La portada era una imagen de unas huellas en la arena; título: «Grieta de fatiga», escritor, Fabio Morábito. El honor de mi amigo estaba a salvo, no era un mentiroso compulsivo.


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